Libros: Más allá del hampa & Sombras del ayer

viernes, 12 de julio de 2019

Giuliano memories II

     Un texto inédito (Milán, primeros años de los 90)

          Remembering   Carlo 

_ Mira mi cara y acuérdate de ella, porque nos vamos a ver a menudo._ el bigote negro se mueve al son de sus palabras al contrario que sus ojos marrones que no se mueven ni un milímetro de los iris del camello que tiene frente a él.
_ No me das miedo_ responde el camello, un joven alto de pelo rizado. El policía secreta tuerce el bigote negro, gira el rostro sonriendo a la vez que le suelta un bofetón contundente al joven de pelo rizado. 
_ Vamos Carlo. Todos nos están mirando._ le dice el joven Giuliano en tono confidencial. A su alrededor una docena de jóvenes de aspecto marginal han salido de los bares de la zona.
_ Tú te callas. Vuelve al coche si quieres._ señala Carlo con el dedo a Giuliano sin apartar la vista del camello.
Giuliano se mantiene detrás callado, hasta que Carlo se da la vuelta y los dos regresan al coche, mientras la gente se aparta dejándoles pasar.
En su camino, unas prostitutas rondan calle arriba, calle abajo. Carlo se queda mirando a una chica pelirroja de buen ver y mejor andar:
_ Gabriela, un día tenemos que hablar sobre tu estado civil, estoy buscando el anillo._ ironiza Carlo.
La chica sonríe antes de darse la vuelta y alejarse calle abajo meneando las caderas.
Ya en el coche, Giuliano guarda silencio, parece molesto._
_ Giuliano chico, oye no te tomes las cosas tan en serio. Toma un cigarro._ Carlo habla en tono sentido mientras abre la cajetilla de Marlboro. Giuliano acepta el cigarro.
_ Vamos a animar un poco la tarde._ Carlo pone una cinta de casete en el equipo del coche. Suena "Billy Ocean- Caribbean Queen"

Billy Ocean- Caribbean Quenn

Una hora después.
Giuliano conduce el Alfa Romeo negro a toda velocidad dejando los semáforos rojos atrás, esquivando coches en los dos carriles de la avenida. Carlo habla por el transmisor. Piden refuerzos; un hombre armado se ha atrincherado en un piso y, ha entablado un tiroteo con las fuerzas policiales que están apostadas abajo, en la calle.
Dejan el Alfa Romeo detrás de la hilera de coches patrulla que iluminan con sus destellos la tarde nublada y sombría.
_ ¿Donde está?_ pregunta Carlo a un uniformado apostado con un arma larga tras un coche patrulla.
_ En la ventana del segundo. Lleva un minuto sin aparecer; pero ha estado disparando a todo lo que se movía._
Carlo después de observar la ventana unos segundos le arranca al policía el arma larga de las manos y, echa a correr precavido hacia el portal del bloque. Los policías uniformados se miran unos a otros con asombro, mientras el joven Giuliano corre detrás de Carlo por no dejarlo solo.
Se interna detrás de Carlo subiendo la escalera oscura y vacía. Hay una puerta abierta en el segundo rellano.
_ Carlo, no entres._ susurra Giuliano. Carlo pone el índice cruzando su bigote negro demandando silencio.
Giuliano se sienta en un escalón apuntando con su arma reglamentaria hacia la puerta por la que se ha internado Carlo.
Pasan los minutos y reina el silencio en la escalera, parece que el tiempo se hubiera detenido sobre esas paredes de color verde pálido. Giuliano mira hacia abajo, solo oscuridad; en el rellano silencio y puertas viejas de madera cerradas a cal y canto menos la que se mantiene medio abierta, donde dirige el  cañón de su arma.
_ ¡Giuliano ! Vamos a salir. Todo va bien._
_ De acuerdo Carlo._ responde Giuliano nervioso.
Aparece por la puerta Carlo con la escopeta en una mano, una pistola metida entre el cinturón, pasando el brazo por el hombro, con aire amistoso y relajado, a un hombre moreno, de rostro desaliñado, que rompe a llorar a la vez que pronuncia palabras ininteligibles.
_ Todo ha terminado._ zanja Carlo._ Giuliano ve a avisar, dentro del piso está su mujer. Muerta. Una sobredosis de heroína._
Giuliano baja los peldaños de las escaleras de dos en dos, abriéndose paso en la penumbra de la tarde...        

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