Sueños del mañana, sueños olvidados.
La tarde es primaveral, el cielo azul tiñe el horizonte, hacia el oeste se platea el mar con los rayos solares. Las barcas y veleros que hay en el muelle cabecean mansamente en el ligero oleaje del mar con el Vesubio de fondo.
Van paseando al lado del Castel. Según cuenta una leyenda, el poeta Virgilio enterró un huevo en él; de ahí su nombre.
_ Sabes, de niña soñaba con comprar este castillo._
Angelo expira el humo del cigarrillo mientras escucha, sus ojos se pierden en el mar.
_ Quería derribar el puente que lo une con la tierra y reinar en mi isla._ la sonrisa termina en un trazo de nostalgia.
Angelo sigue callado, andando despacio, mientras sus ojos siguen perdidos en la distancia. De repente, vuelve del azul lejano y responde:
_ Yo quería viajar más allá de la línea del mar._
_ ¿A dónde?_
_ No sé..., buscar mis sueños allá lejos y volver después para tener una mansión en la isla de Capri, una casa arriba, en la montaña, con vistas a los farallones._
_ ¿Y qué paso con tu sueño?_ ahora es Alessandra la que mira el mar a lo lejos.
_ Estoy en ello._....._ ¿Y tú cómo piensas derribar ese puente y reinar aquí?_
_ Yo no pienso ya en esas cosas._ abre y cierra los ojos graciosa.
Más allá del hampa.