Libros: Más allá del hampa & Sombras del ayer

sábado, 7 de diciembre de 2019

Uno para todos y todos para uno.
_ ¡Venga, bambini, salid de ahí! Tenemos que parlamentar un rato, no os trataremos mal._
_ ¡Mierda!, es el Falconetti_ susurra Giovanni.
Salen los cinco fuera, frente a ellos un tipo alto y moreno con un parche en un ojo, de apodo el Falconetti, por su parecido con el actor de la serie Hombre rico, hombre pobre.
Con el ojo sano va recorriendo a los cinco de izquierda a derecha amenazante, mientras esboza una inquietante sonrisa.
_ Bueno, bambini, anoche os vieron de excursión por la zona de Capodimonte y, según me ha dicho un pajarito, os encontrasteis una pistola._ ahora fija su mirada en Angelo._, y esa pistola tiene dueño, nosotros.
_ Nosotros no estuvimos en Capodimonte, ni encontramos ninguna pistola._ responde Angelo pensando que es un farol. Nadie los vio.
El Falconetti suspira, el ojo visible mirando el cielo.
_ Vamos a registrar toda la fábrica, si la encontramos lo vais a pasar mal._ vuelve a sonreír con malicia.
_ Busca donde quieras._ contesta Giovanni tranquilamente hasta que nota un latigazo como un rayo en la mejilla. Giovanni siente el manotazo recibido. Le escuece la cara, se ha quedado sordo del oído izquierdo.
_ Luego hablaré contigo._ le avisa sin mirarlo con su único ojo. La Gorda, que ha visto la escena, se acerca repentinamente ladrando, la boca amenazante.
Los esbirros del tuerto sacan las pistolas a la vez que Giovanni sale al paso de la gorda tranquilizándola.
_ Quietos, muchachos, es cosa mía._ levanta una mano a sus hombres a la vez que saca la pistola lentamente con la otra y apunta con la misma lentitud a la perra buscándole la frente.
Giovanni se interpone poniéndose en el punto de mira del Falconetti, mientras sujeta a la perra detrás de él agarrándola por el collar.
_ Si vas a matarla, tendrás que matarme primero a mí._ dice Giovanni en tono serio.
El Falconetti sonríe maliciosamente a la vez que acaricia el gatillo con el dedo.
Angelo da dos pasos y se pone al lado de Giovanni.
Paulo se pone al lado de sus compañeros, la mirada cruzada.
La sonrisa del Falconetti se desdibuja y su ojo mira mortalmente serio.
Bruno ya comienza a andar para unirse a sus compañeros cuando la sonrisa se vuelve a dibujar en el rostro del tuerto y la mano armada baja tan lentamente como subió. Después el Falconetti se ríe con una carcajada sonora y dice:
_ Uno para todos y todos para uno, eso está bien._ después de una pausa._ Si nos enteramos que habéis sido vosotros..., sois huesos de cementerio._ sonríe malicioso mientras se da la vuelta alejándose con sus esbirros.
Más allá del hampa.  

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